UN SONAJERO UNE A UNA MADRE FUSILADA Y A SU HIJO 83 AÑOS DESPUÉS.
Según los antropólogos es un objeto "único" entre todas las fosas de la Guerra Civil. Catalina Muñoz Arranz fue fusilada el 22 de septiembre de 1936, y representa la única mujer represaliada por sentencia judicial militar. Junto a ella enterraron el juguete que pertenecia a su hijo más pequeño, Martín Díaz Muñoz, que tenía entonces 8 meses. Por fin, ahora, 83 años después Martín recupera aquel sonajero, mudo testigo de la cruel represión sufrida por su madre.