Cada año, el 27 de enero, la UNESCO rinde tributo a la memoria de las víctimas del Holocausto y ratifica su compromiso de luchar contra el antisemitismo, el racismo y toda otra forma de intolerancia que pueda conducir a actos violentos contra determinados grupos humanos. El 27 de enero se conmemora la liberación en 1945 por las tropas soviéticas del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau; la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El Holocausto no solo afectó profundamente a los países donde se cometieron crímenes nazis, sino que también repercutió en muchos otros lugares del mundo. Siete decenios después de los hechos, los Estados Miembros comparten la responsabilidad colectiva de abordar los traumas remanentes, mantener medidas que permitan una conmemoración eficaz, cuidar de los lugares históricos y promover la educación, la documentación y la investigación. Esta responsabilidad obliga a educar sobre las causas, las consecuencias y la dinámica de tales delitos, así como a fortalecer la resiliencia de los jóvenes contra las ideologías de odio. Debido a que los genocidios y otros crímenes atroces siguen ocurriendo en varias regiones del mundo, y como estamos presenciando un aumento mundial del antisemitismo y de los discursos de odio, esto nunca ha sido tan relevante
MENSAJE DEL SECRETARIO GENERAL DE LA ONU, ANTÓNIO GUTERRES, CON MOTIVO DEL DÍA INTERNACIONAL DE CONMEMORACIÓN DE LAS VÍCTIMAS DEL HOLOCAUSTO.
Hoy honramos la memoria de seis millones de judíos y de millones de personas más que los nazis y quienes colaboraron con ellos asesinaron sistemáticamente en el Holocausto.
Este año el aniversario se celebra bajo la sombra de la pandemia de COVID-19, que ha puesto de manifiesto las fisuras e injusticias que existen desde hace tiempo en nuestras sociedades y ha contribuido al resurgimiento del antisemitismo y la xenofobia.
El Holocausto fue la culminación de dos milenios durante los cuales los judíos fueron víctimas de discriminación, ataques, expulsiones y matanzas periódicas. Debería haber terminado con el antisemitismo para siempre. Pero no lo ha hecho.
El antisemitismo, por desgracia, sigue existiendo.
Hoy en día, los supremacistas blancos y los neonazis están resurgiendo, organizándose y reclutando a través de las fronteras, intensificando sus esfuerzos por negar, distorsionar y reescribir la historia, incluido el Holocausto.
La pandemia de COVID-19 les ha dado una nueva ocasión para atacar a las minorías por motivos de religión, raza, etnia, nacionalidad, orientación sexual, discapacidad y régimen de inmigración.
Es urgente que aunemos esfuerzos para detenerlos.
Al considerar la recuperación de la pandemia de COVID-19, debemos corregir las fragilidades y lagunas expuestas por la pandemia y fortalecer nuestros lazos mutuos, basados en nuestra humanidad común.
Este año debe ser un año de recuperación. Debemos recuperarnos de la pandemia y sanar nuestras sociedades rotas en las que el odio se ha arraigado demasiado fácilmente.
Al recordar a quienes perdieron la vida en el Holocausto y honrar a quienes sobrevivieron, el mejor homenaje que podemos rendirles es la creación de un mundo de igualdad, justicia y dignidad para
Este año el aniversario se celebra bajo la sombra de la pandemia de COVID-19, que ha puesto de manifiesto las fisuras e injusticias que existen desde hace tiempo en nuestras sociedades y ha contribuido al resurgimiento del antisemitismo y la xenofobia.
El Holocausto fue la culminación de dos milenios durante los cuales los judíos fueron víctimas de discriminación, ataques, expulsiones y matanzas periódicas. Debería haber terminado con el antisemitismo para siempre. Pero no lo ha hecho.
El antisemitismo, por desgracia, sigue existiendo.
Hoy en día, los supremacistas blancos y los neonazis están resurgiendo, organizándose y reclutando a través de las fronteras, intensificando sus esfuerzos por negar, distorsionar y reescribir la historia, incluido el Holocausto.
La pandemia de COVID-19 les ha dado una nueva ocasión para atacar a las minorías por motivos de religión, raza, etnia, nacionalidad, orientación sexual, discapacidad y régimen de inmigración.
Es urgente que aunemos esfuerzos para detenerlos.
Al considerar la recuperación de la pandemia de COVID-19, debemos corregir las fragilidades y lagunas expuestas por la pandemia y fortalecer nuestros lazos mutuos, basados en nuestra humanidad común.
Este año debe ser un año de recuperación. Debemos recuperarnos de la pandemia y sanar nuestras sociedades rotas en las que el odio se ha arraigado demasiado fácilmente.
Al recordar a quienes perdieron la vida en el Holocausto y honrar a quienes sobrevivieron, el mejor homenaje que podemos rendirles es la creación de un mundo de igualdad, justicia y dignidad para
todos.