Un 4 de diciembre, como hoy, pero de 1976 fallecía en Sevilla uno de los grandes artistas del flamenco de todas las épocas: Pepe Marchena o Niño de Marchena.
Partiendo de unos orígenes humildes llegó a gozar de enorme popularidad como cantaor durante varias décadas, siendo admirado por los propios artistas y adorado por los aficionados. Hoy hace 43 años de su desaparición y su recuerdo permanece imborrable en la historia de este arte. Por suerte deja una interesantísima discografía donde se puede apreciar su particular modo expresivo y su original propuesta estilística.
Le recordamos en un precioso fandango:
En el pilar de la fuente
que linda con la montaña
cayó una lágrima mía
y el agua se puso amarga,
mira si yo te querría.